Ternura*



Ser infinitamente delicado
y saber besar los labios,
sentir el sabor del veneno
y ser inmune al rechazo.

Creernos hijos del amor
y hermanos del diablo,
susurrandonos al oído
pecados inhumanos.

Gozar de los reflejos
pintados en el agua,
que esconden el tesoro
de la belleza innata.

Seras mi carne
y yo tu vino,
y juntos seremos
el fruto prohibido.

Pero siempre apreciando
el regalo del tiempo,
que nos permite seguir
soñando despiertos.